miércoles, 26 de diciembre de 2007

Felices Fiestas

Con un poco de retraso, hago esta entrada para desearos unas felices fiestas navideñas y un próspero año 2008.
Un año nuevo que espero traiga al Real Zaragoza nuevos aires para que pueda mostrar todo el potencial de la plantilla. Que dejen de haber tantos infortunios en forma de lesiones, y que aunque ahora mismo sea de osados pensarlo y decirlo, estoy seguro que mejoraremos nuestro juego y empezaremos a ganar, lo que nos hará subir posiciones en la tabla y luchar por un puesto europeo al final de liga. Y en la Copa, cómo dice Oliveira, remontaremos ante el Pontevedra, otra cosa sería una debacle de impredecibles consecuencias, y pelearemos por recuperar un título que nos gusta mucho.
El regreso de Matuzalem tiene que venirle muy bien al equipo. Se le fichó en verano para ser el cerebro del juego del Zaragoza, pero primero por culpa de Víctor, por ponerlo fuera de su posición, y luego a raíz de una entrada desmedida del barcelonista Touré Yayá, no hemos podido comprobar si realmente es capaz de llevar la manija de nuestro Zaragoza. Ahora con su vuelta no podemos pedirle que haga maravillas, pues aún tardará en coger el ritmo de competición, pero si Víctor lo ubica en su sitio, el juego del Zaragoza seguro que será más fluido que el mostrado hasta el momento. Y consecuencia de ello, han de llegar las victorias, sin olvidarnos del factor suerte que nunca está de más si cae de tu lado.

jueves, 20 de diciembre de 2007

Paredes está de acuerdo

Javier Paredes está con mi pensamiento. El problema del Zaragoza nace de la tremenda longitud en la que se mueve el equipo, aunque añade que el problema se solucionó en Coruña. Esto último puede ser discutible, pero lo primero no. Es que el Zaragoza es un equipo eterno, se mueve en unas dimensiones sobrenaturales, no está bien armado, no se juntan en ninguna línea, los pases tienen una complejidad suprema y los de arriba son islas.

Asumiendo esto, cuya solución depende de una sola persona, iremos a otra cosa. Y es que el equipo sufrió un cambiazo tremendo en Coruña. La primera parte el Zaragoza la jugó tranquilo, dominando el tempo del partido, asociándose cómo debían. La segunda provocó 6 córners en contra en 5 minutos, un gol anulado, otro válido y un penalti escamoteado a los de Lotina. Eso, en 10 minutos. El problema de mentalización del equipo ya no puede ser causa del débil carácter del equipo. Hay algo más, pero no se sabe si es falta de ganas por amarrar el partido o quizás desconfianza en lo anteriormente se ha hecho.

Con esto, llega un Valencia boicoteado por su propio entrenador. Pero dada la capacidad de resucitar que tiene este Zaragoza, cualquier signo de confianza sería un ejercicio de mashoquismo. Victor sigue con bajas, pero éstas no pueden ser excusa. El equipo necesita rendir infinitamente más. Y ya. Con los que sea.



P.D: Diogo fumando en una taberna cercana hace un par de semanas. Pero tiene que ser titular.

domingo, 9 de diciembre de 2007

Milagro

El punto cosechado esta tarde por el Real Zaragoza es inservible. Pero expuesta la historia del choque, lo cierto es que se convierte en milagro. Punto o milagro que seguro han salvado la cabeza de Victor una semana más. Se pueden sacar varias conclusiones del partido de hoy. Lo mejor de todo es que ha quedado claro quién no tiene que jugar. Luccin, out; Aimar, out; Nico, out; Diogo, out.




Sin esos 4 en el campo, el Zaragoza ha sacado lo mejor de sí mismo. En realidad la tarde se abrió con un pase en profundidad de Nico a Diego y una excelente definición de Milito ante un Lacruz infame y un Kameni errático. Pero el tufillo a guerra de Vietnam estaba presente, y en un horrible fallo de marcaje, Tamudo se quedó solo, recortó y metió el balón en la misma escuadra en la que viven las telarañas. Era el 1-1 y no habíamos llegado al 10. Tampoco se había llegado al 15 cuando el Espanyol puso en segundo para el desprecio de la grada. Fue Valdo en un remate cruzado el que puso en ventaja a los pericos. Y sin alcanzar el 20 y con los ánimos enfurecidos, el Espanyol hacía el tercero en un nuevo fallo de Carlos Diogo.



El Zaragoza, que estaba bien plantado, iba perdiendo 1-3. Decaídos, los blanquillos no lograban asociarse con la pelota y sólo Paredes con grandes arrancadas llevaba algo de peligro. García lo intentó, y Milito cuajaba una de las mejores partes de la temporada. Pero era insuficiente. Riera desbordaba a Diogo como quería y Ayala y Sergio no eran suficientes para tapar a los mediapuntas españolistas.

La segunda empezó con la expulsión injusta de Luccin (injusta porque debió ser roja directa). Sin el francés, nació el nuevo Zaragoza. Los de Victor se pusieron el mono y comenzaron a sudar. Pelearon todos los balones, pero al llegar arriba y pasar la pelota por Aimar, el estado era de agónica desesperación. Hasta que salieron Celades y Óscar por las dos lacras. El andorrano tocó siempre de primeras. El salmantino se asoción con García, que quedó desplazado a banda con la entrada de Oliveira por Diogo. Con éstos, con Zapater y con un Paredes terrible (positivamente), el Zaragoza fue en busca de la proeza. La acercó Oliveira tras empujar un gran pase de Diego y la fulminó el propio brasileño con un remate en el área pequeña. La Romareda despidió a los finales con aplausos, demostrando, y ya van nosecuantas veces, que los que tienen que jugar nunca son los titulares. Aprenda Victor.

jueves, 6 de diciembre de 2007

Victor se la juega

El Espanyol traerá consigo el próximo domingo el machete vietnamita. Ratificado Victor, preludio de la noticia, el Espanyol no parece ser el invitado idóneo para salvar la cabeza. Aunque visto como ha estado el panorama las últimas semanas, habría que ir a los suburbios de una ciudad norirlandesa para encontrar un rival factible para este agónico Zaragoza.

Victor tiró de ingenio, y recurrió al arma que revolucionará al equipo: el entrenamiento a puerta cerrada. Pocas veces hubo una solución más estúpida, y menos una cosa tan estúpida se usó con tanta frecuencia. Pero así está montado este circo en el que los acróbatas y hasta los payasos pasan por encima del acomodador, en cuya placa de presentación se lee: "Real Zaragoza, sin gastos ni comisiones". Además de esto, plantea Victor cambios. Confía en lo de antaño, se desprende de la novedad (ni Oli, ni Óscar). Aimar y D´Alessandro volverán a ser los extremos más extremos, y Luccin y Zapater serán los encargados de levantar la barraca que equilibra todavía más al equipo dentro del desequilibrio. Contradictorio.

La pregunta por el partido sería: ¿jugará el Zaragoza tan largo como siempre, o por un día reducirán los espacios? Si la unidad del vestuario fuera la respuesta, Victor lo llevaba claro. Pero como el fútbol es una paradoja y nos suele deparar sorpresas quien sabe si los muchachos y el entrenador, con la guillotina al lado, se deshagan de los errores mostrados los últimos dos meses y levanten la bandera de las palabras recuperadas. En caso contrario, ciao Victor, fue un placer.